lunes, 18 de enero de 2010

TODOS SABEMOS LO QUE ES LA CALEFACCIÓN PERO


Todos sabemos lo que es la calefacción pero aquí hay un artículo que nos puede servir para contestar algunas preguntas, que todo profesional lo mismo instalador que docente nos hemos hecho alguna vez.
Buscando en el tiempo y la historia he encontrado lo que yo creo que puede ser el principio, a Cayo Sergio Orata (siglo II a.C.)en latín CAIUS SEGIUS AURATA, fue un ingeniero romano al que se le conoce por ser el inventor del hypocausto, sistema de calefacción que permitió la difusión de las famosas termas romanas por todo el mediterráneo.
Procedente de Campania (región del surde Italia cuya capital hoy en día es Nápoles) este emprendedor ingeniero supo ver las consecuencias del boom inmobiliario provocado por la aristocracia romana en las costas de Puteoli (provincia de Nápoles). Por aquella época la última moda de la alta sociedad romana era poseer un insaciable apetito por el marisco, cosa que Orata aprovecho desarrollando el cultivo de ostras a una escala sin precedentes, propulsor o inventor de las piscifactorías, construyendo para ello presas para regular mareas bóvedas elevadas sobre el lago Lucrino que promociono como lugar donde crecían las ostras más ricas del mundo, tanto éxito tuvieron sus ostras que se difundió el rumor de que Orata podía hacer ostras hasta en el techo de su casa.
No contento con tan poco, Orata encamino sus investigaciones hacia un invento más lucrativo: la piscina con calefacción. Su invento llamado hypocaustum (hipocausto, adjunto fotografía explicativa), consistía en un horno construido en el exterior del edificio donde se quemaba leña. El aire caliente producido se llevaba por canalizaciones situadas bajo el suelo, cuyas baldosas se sustentaban sobre pilas de ladrillos. La altura del espacio vacío por el que circulaba el aire era de unos 40 a 60 cm. Se calcula que la temperatura obtenida en las viviendas no pasaba de 30 grados.
En las termas para obtener un calor más intenso, se integraban además en los muros tubos de barro cocido (tubuli), que daban salida al humo del horno y al aire caliente que circulaba por el hipocausto.
Las propiedades curativas y relajantes del invento ayudaron a Orata a comercializarlo con tanto éxito que muy pronto ninguna mansión se consideraba completa a menos que tuviera instalado una de las piscinas de Orata, quien compraba las villas, construía las piscinas y luego las revendía por un precio infinitamente más alto. Toda esa especulación hizo que la bahía de Nápoles el sinónimo de elegancia.
De la vida privada de Orata poco se sabe. Nació hacia el último cuarto del siglo II a.C., el sobrenombre Orata (AURATA en latín) provenía de su afición a criar peces llamados auratas, nuestras doradas.
Por si queda alaguna duda aquí os dejo un video explicativo es del año 1973 pero para docentes como recurso servirá de mucha ayuda. VER VIDEO.